Boletín económico No. 3 – Agosto 2021

En esta edición:

CÓMO AFECTA A LAS EMPRESAS Y AL CONSUMIDOR EL AUMENTO EN LOS PRECIOS INTERNACIONALES DE LAS MATERIAS PRIMAS

Tras la crisis de COVID-19, que inicia en marzo del 2020, muchas cosas han pasado en materia económica. Lo que empezó con un colapso de la demanda, producto de la incertidumbre, que generó un aumento desproporcionado de los ahorros, se convirtió en un cambio de patrón de consumo nunca antes visto. Al inicio, las personas restringieron sus compras y ahorraron, pero una vez que empezaron a entender la pandemia, reiniciaron el consumo, solo que en proporciones diferentes, generando esos cambios de patrón de compras que se mantienen hasta la fecha. Al punto que la mayoría de los países han recuperado la facturación previa al COVID-19. En ese sentido, la normalidad económica va en buena dirección, de hecho, la mayoría de los países latinoamericanos ya cuentan con niveles de movilidad similares a la prepandemia, según Google.

Lo que sí no regresará a su nivel pre COVID-19 son los precios de las materias primas. Por donde se analice, los precios de todos los insumos de producción se encuentran sustancialmente arriba de los niveles vistos antes de la pandemia. Si uno analiza el Bloomberg Commodity Index, rápidamente concluye que el nivel de precios subió por lo menos un 30%.

Al hacer un análisis estadístico más profundo, podemos ver que el aumento promedio de las materias primas ha sido del 56%, mientras que la media del 40%. Es decir, tenemos un impacto fuerte en este momento en los costos de producción de todas las empresas debido al incremento de precios de las materias primas. La misma FAO lanzó una alerta, ya que el costo de alimentos alcanzó su máximo histórico, registrando un incremento del 42% en relación con el nivel pre COVID-19.

Las implicaciones para el consumidor son fáciles de entender. Se visualiza un aumento de precios en prácticamente todos los productos, no solo en la canasta básica. Pero ese proceso tomará tiempo. En este momento, lo evidente es un aumento en los costos de producción y vemos aún muy poco incremento de precios al consumidor.

Por ahora, las empresas están enfrentando una tormenta perfecta de subida de costos de materiales de producción junto a un aumento nunca antes visto en los costos de transporte marítimo.

El transporte de contenedores se ha disparado un 3,000%, sí, leyó bien, lo que ha provocado, además, retrasos en entrega y escasez de muchos productos.  El impacto sobre los márgenes empresariales es directo, ya que las compañías tienen que desembolsar más por materias primas y transporte, pero sin poder todavía trasladar al consumidor ese aumento de precios por diversas razones. 

Lo anterior provoca, a su vez, un problema de flujo de caja en las empresas. La situación para los productores tomará tiempo en nivelarse, sobre todo si se toma en cuenta el riesgo que supone una caída en la demanda de sus productos al incrementar precios al consumidor final.

Es importante explicar, entonces, el por qué del actual disparo de la inflación. Hay dos explicaciones plausibles y que coexisten. Primero, un shock de oferta causado por los confinamientos y protocolos de COVID-19, pues cuando la oferta se contrae, los precios suben. El caso de los precios de transporte es un ejemplo, pero se repite en muchos productos y un poco menos en servicios. Segundo y más importante, la enorme creación de dinero por parte de los bancos centrales del mundo. El incremento ficticio de la masa monetaria para financiar la tremenda expansión fiscal de Estados Unidos y Europa está detrás del fenómeno inflacionario.

La combinación de ambas variables causa que la inflación persista más allá de lo que muchos economistas expertos esperaban. La inflación, los costos de producción y las expectativas de inflación del consumidor son factores que apuntan en una dirección: estamos cambiando hacia un nuevo estado de la economía mundial, donde la inflación tendrá un rol más preponderante que en los últimos 12 años.

El impacto de la subida de precios al consumidor generará pérdidas de poder adquisitivo en las familias, con su consecuente malestar social y descontento. El futuro no se ve alentador. 

La Reserva Federal de los Estados Unidos y el Banco Central Europeo todavía están a tiempo de revertir el daño antes que sea muy tarde. Lo veremos en los próximos meses.

EL IMPACTO ECONÓMICO Y SOCIAL DEL MODELO DE TRABAJO A TIEMPO PARCIAL EN GUATEMALA

La transformación digital, la globalización, los cambios demográficos y la pandemia por Covid-19 están reformulando el mundo laboral en la actualidad. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estima que se han perdido más de 100 millones de empleos alrededor del mundo como consecuencia directa de la pandemia.  A Chile, por ejemplo, le tomará casi 5 años volver a los índices de empleo pre-pandemia.

Guatemala no es la excepción, por lo que ante este complejo escenario económico se hace imperativo adoptar modelos que permitan la inserción de grupos vulnerables al mercado laboral que, a su vez, garanticen los derechos de los trabajadores.

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